Cada vez más se habla de la importancia de la meditación para el bienestar y la salud física y mental. Así como una cantidad creciente de estudios confirman sus beneficios a nivel psicofisiológico (depresión, ansiedad, estrés, hipertensión arterial y demás factores de riesgo cardiovascular, abuso de sustancias y dolor, por ejemplo).
Pero siempre que recomiendo la práctica en consulta, es natural que surja la pregunta: ¿Qué es meditar?
Explico a los pacientes que es algo muy sencillo, pero que requiere constancia y práctica. Debe de ser un hábito diario, y particularmente, por más que lo intente explicar, insisto que es algo a experimentar.
Etimológicamente, el verbo meditar viene del latin meditatĭo (meditar, considerar). Según la RAE es pensar atenta y detenidamente sobre algo. Se ha usado la meditación en diferentes contextos, prácticas y objetivos. Los orígenes de esta práctica milenaria, según se conoce, provienen de la India. De ahí una gran cantidad de la literatura está vinculada a religiones o a cuestiones espirituales, aunque su importancia a nivel de estilo de vida y los resultados de su utilización como técnica científica vienen cambiando dicho panorama conceptual. Una definición bastante amplia describe la meditación como un fin en sí misma, aunque que se pueda emplear definiciones más especificas como la atención plena, la contemplación, la relajación, etc.
Básicamente, en la práctica, meditar puede ser elegir una postura cómoda y enfocar la atención en algún punto interno (respiración, frase, palabra o imagen) o externo (sonido, imagen o algún punto en concreto) e intentar no desviarse de ello.
¡Pero es imposible! Suelo escuchar con frecuencia. Y sí, empezar la práctica puede parecer misión imposible, pero no lo es. Sugiero un lugar tranquilo, una postura cómoda, un horario habitual y principalmente que se pruebe diferentes maneras, la correcta es la que funciona. Hay puntos sencillos pero fundamentales, como desconectar el móvil o cualquier dispositivo que pueda interrumpir, estar tranquilo/a (sin prisa, para no tener la sensación de perder el tiempo), no estar muy cansado/a para no dormirse (aunque al principio es normal quedarse dormido/a) y quizás lo que requiere más práctica es no fijarse en los pensamientos, lo que también va a ocurrir (estamos acostumbrados a pensar) y es normal, sólo tenemos que recordarnos de dejarlos ir y venir libremente. Dejar que pasen, como nubes, sin detenerse en ellos.
Este es uno de principales objetivos que suelo trabajar a nivel psicoterapéutico, la conciencia de pensamientos y emociones y la contemplación de los mismos. Así, poco a poco vamos aprendiendo a “no dejarnos llevar” por todo lo que pensamos y sentimos y al contemplarlos desde cierta “distancia” vemos nuevas perspectivas para entender y actuar de una forma distinta en las más variadas situaciones.
Otra pregunta frecuente es ¿Cuánto tiempo debo meditar?
No hay un tiempo exacto, ni optimo, depende de cada persona y de la práctica elegida. Aunque recomiendo que el tiempo vaya aumentando progresivamente. Se puede empezar con cinco minutos y se puede hacer una hora, una vez al día, dos, lo que uno pueda. Lo único es que siempre que sea posible se haga cada día y se pueda tener un horario relativamente fijo, para acostumbrarse a ello. Sobre todo porque así hacemos un “hueco” y nos organizamos para hacerlo.
¿Cuándo empezar a meditar?
Ahora mismo, hoy por lo menos. No hay un momento ideal, no será cuando tenga más tiempo, empiece las vacaciones, no esté tan liado/a, etc. Cuando más lo posponemos, más difícil será empezar.
Os invito a que podéis evidenciar vosotros mismos los resultados que se puede obtener con la meditación y a disfrutar de una mejor calidad de vida.
Referencias:
Vásquez-Dextre, Edgar R. (2016). Mindfulness: Conceptos generales, psicoterapia y aplicaciones clínicas. Revista de Neuro-Psiquiatría; 79(1), 42-51.
Arias Capdet, Pedro Pablo. (1998). La utilidad de la meditación como modalidad terapéutica: Parte I. Revista Cubana de Medicina General Integral; 14(2), 174-179.
Hilton L, Hempel S, Ewing BA, Apaydin E, Xenakis L, Newberry S, … Maglione MA2. (2017). Mindfulness Meditation for Chronic Pain: Systematic Review and Meta-analysis. Annals of Behavioral Medicine; 51(2):199-213.
González-Valero G, Zurita-Ortega F, Ubago-Jiménez JL, y Puertas-Molero P. (2019). Use of Meditation and Cognitive Behavioral Therapies for the Treatment of Stress, Depression and Anxiety in Students. A Systematic Review and Meta-Analysis. International Journal of Environmental Research and Public Health;16(22).
