Muchas personas se preguntan si necesitan acudir a un terapeuta, considerando que se quieren tanto y tienen muchas ganas de estar juntos. Pero la rutina va señalando que hay cosas que no funcionan, y quizás alguien ajeno y especializado puede ayudarles a identificar el problema. En este contexto y precisamente por las ganas de seguir compartiendo una vida en común, una valoración, seguida de una intervención profesional, puede ayudar en el proceso.

La terapia de pareja es una modalidad de psicoterapia centrada en los conflictos de la pareja. Estos pueden tener causas diversas, como la comunicación ineficaz, las diferencias individuales, la falta de confianza, la dificultad en gestionar las tareas, el cuidado de los hijos, la economía, el tiempo que pasan juntos, etc. Incluso la percepción del problema puede ser solo por parte de uno de ellos, lo que no excluye la posibilitad de que ambos vengan a las sesiones.

Lo cierto es que cambiamos a lo largo del tiempo y la persona que está al nuestro lado también, y a veces tardamos en darnos cuenta y en aceptarlo. Por otro lado, la convivencia y la rutina juegan un papel clave, ya que con el tiempo vamos conociendo mejor a la persona con quién compartimos nuestra vida y nuestro espacio. Pasamos a dar más importancia a algunas cosas y menos a otras, pero sin equilibrio nada se mantiene. Quizás por el exceso de responsabilidades se comparta menos tiempo de calidad, se “escuche” menos al otro, se priorice determinadas cuestiones personales, como formación, trabajo, entre otras.

La ventaja de trabajar con parejas es que el problema es cosa de dos y obviamente, la búsqueda por la solución también. Puede que en algunas situaciones se aconseje a uno de los miembros de la pareja a trabajar cuestiones personales fuera de la terapia de pareja. Pero aún así, los conflictos puntuales deben de ser visto con ambos en la consulta. La sesión suele ser una muestra de cómo se relacionan, ya sea por su contenido verbal o no verbal, de modo que cuando el terapeuta ve a la pareja está valorando todo lo que ocurre en sus interacciones, de modo a ayudarles a percibir lo que falla y a encontrar estrategias que faciliten la resolución de dicho conflicto. Cuanto más temprano se intervenga mejor será la respuesta, ya que con el paso del tiempo los patrones de conducta se van cristalizando, lo que dificulta el cambio. En caso de duda consulte un terapeuta, de este modo puede que algunas sesiones puntuales sean suficientes, así como pueden ayudar a que dificultades subyacentes aparezcan y se pueda enfocar en ellas de modo a evitar complicaciones futuras.