De forma general, procrastinar se refiere a aplazar o retrasar alguna obligación o actividad y invertir el tiempo en otras ocupaciones cotidianas no tan relevantes. Casi todos lo hemos hecho en determinadas situaciones, ya sea porque no teníamos ganas, la actividad era aburrida, demandaba un tiempo que no podíamos dedicar, porque no conseguíamos concentrarnos por demasiada preocupación o ansiedad e incluso porque han surgidos planes más interesantes.
El problema no es postergar las cosas, si no el hecho de hacerlo siempre o muy a menudo, de manera que entramos en un bucle. Pensemos en un ejemplo normal y corriente como él de estudiar para un examen. Vamos a suponer que tienes un examen la semana que viene y te quedan textos y apuntes por leer, por la cantidad que te queda deberías haber empezado hace un par de semanas, por lo menos. Pero la semana pasada estuviste muy cansado/a, saliste con amigos algunas veces y fuiste a un festival de tu grupo favorito el fin de semana, es decir, fue “imposible” sacar un hueco.
Venga, queda una semana en la que tienes que estudiar más, pero ahora te cuesta concentrarte porque crees que no podrás hacerlo y este pensamiento te genera mucha ansiedad, entonces buscas algo para intentar relajarte porque no puedes estudiar así. Empiezas a pensar que deberías haber empezado antes, que quizás vayas a suspender y esto es un desastre, que aunque estudies te quedarás en “blanco” en el examen porque igual no podrás repasar todo el temario, etc… La lista podría ser interminable y cuanto mas pensamientos de este tipo se te ocurren, peor la ansiedad, empieza la dificultad para dormir, la tensión muscular entre tantos otros síntomas. Si esto pasa en cada examen, estudiar se torna un problema y así sería con cualquier otra actividad y de forma contínua.
Por esto, es super importante reconocer este patrón de funcionamiento para poder realizar cambios hacía comportamientos más adaptativos y eficaces. El objetivo de la psicoterapia y de la orientación psicológica es precisamente el de aprender a utilizar recursos para poder gestionar mejor estos cambios tan necesarios. Si a menudo, no puedes terminar lo que empiezas o lo vas posponiendo hasta sentirte muy agobiado/a y frustrado/a, este puede ser el momento de empezar un trabajo psicoterapéutico orientado a estas dificultades.
