Resiliencia: la fuerza interior

De acuerdo con la RAE, la resiliencia es “la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos”. Por ello, la palabra resiliencia tiene un significado muy terapéutico. Podemos entenderla mejor con el ejemplo de un árbol, que a pesar de los fuertes vientos o tempestades, se dobla y vuelve a su sitio, resistiendo a todo.

Se han hecho estudios con niños que habían vivido situaciones traumáticas y lograron superar dichas circunstancias, desarrollando una serie de competencias sociales y recursos personales que les han permitido lograr éxitos en distintas áreas de su vida, desde pequeños hasta la edad adulta. Precisamente, porque cuando uno se da cuenta de sus recursos y potencialidades pasa a entender que además de adaptarse puede salir más fuerte de las experiencias difíciles y aprovecharlas para vivencias futuras. La resiliencia no solo se refiere a la capacidad de soportar o adaptarse, sino también al cambio de perspectiva de lo que se ha vivido, a la aceptación de determinada realidad, mientras uno sigue siendo quin es y trata de sacar lo mejor de sí.

Nietzsche ha escrito que “Quien tiene algo por qué vivir, es capaz de soportar cualquier como.” En el libro El hombre en busca de sentido Viktor Frankl parafrasea a Nietzsche al relatar su experiencia en los campos de concentración nazis, a pesar de una realidad casi insoportable, Frankl explica que es posible encontrar una razón para vivir, lo que le permitió sobrevivir a esta experiencia. Al salir, desarrolla la logoterapia, la terapia basada en el sentido de la vida.

 

Es decir, tenemos que identificar lo que nos mueve, nos motiva y “alimenta”, puede ser un sueño antiguo, una meta a largo plazo, algo que queremos experimentar, puede ser cualquier cosa que tenga un significado vital para nosotros, pero es imprescindible tenerlo claro. Muchas veces, con la rutina o la falta de tiempo nos vamos olvidando de lo que es verdaderamente importante para nosotros, tenemos un trabajo que no es el que deseábamos o para el cual nos hemos formado, una relación con más huecos que momentos para compartir, y con el paso del tiempo vamos acumulando espacios vacíos, resignados a aceptar lo que hay, ya no encontramos ni motivos para cambiar. En algunos casos es cuando aparecen los trastornos psicológicos, como el estrés, la ansiedad, la depresión, entre otros.

En concepto de resiliencia puede ser adaptado a distintos contextos y teorías, aquí, lo enlazo a la logoterapia, porque es un ejemplo muy ilustrativo. La psicoterapia puede abarcar distintos objetivos, dependiendo del caso y de las circunstancias, pero sin duda uno de ellos es aceptar lo resiliente que puede ser el ser humano.