
Ansiedad: estar en el futuro
Sentir ansiedad en determinadas ocasiones es completamente normal. Si tenemos un evento importante, nos preocupamos acerca de él y pensamos en los distintos resultados que pueden suceder. Específicamente porque la ansiedad es la anticipación de una amenaza futura, que puede ser real o imaginada, diferente al miedo que es la respuesta emocional a una amenaza inminente, real o percibida. Sin embargo, ambos estados pueden coexistir, pero la diferencia en relación al miedo, por ejemplo, es que este prepara el organismo para la lucha o la huida, en función de cómo se interpreta la situación. Ya la ansiedad es mas frecuentemente asociada a la tensión muscular y vigilancia en preparación para un peligro, con comportamientos de cautela o esquiva.
Los principales síntomas de la ansiedad a nivel fisiológico son el aumento de la frecuencia cardíaca, respiración rápida (hiperventilación), sudoración, temblores, debilidad o cansancio, problemas gastrointestinales, entre otros. A nivel psicológico, la sensación de nerviosismo, agitación o tensión, problemas para concentrarse o pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual, problemas para dormir, necesidad de evitar cosas que provocan ansiedad, sentimiento de peligro próximo, pánico o fatalidad que pueden provocar sobresaltos y un estado constante de alerta.
Además de los molestos que pueden ser los síntomas, es principal problema es que interfieren en la vida diaria. Son ejemplos de trastornos de ansiedad el trastorno de ansiedad, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad social (fobia social), fobias específicas, que pueden aparecer de forma concomitante. Para cada uno de ellos se trabaja de forma diferenciada y de acuerdo con los objetivos del paciente, para minimizar los síntomas hasta que desaparezcan o no interfieran en su día a día.